¿Qué será de mi? ¿Y de mi vida? Constantemente me pregunto eso sin saber realmente qué ocurrirá en unos meses. Me siento tan cerca del final que no sé si soy consciente. Quiero que todo pase rápido, que llegue selectividad y que pueda saber mi destino. Ese destino que será marcado por una nota. Un número puede cambiar tu vida totalmente y hacer de ti una persona afortunada o arruinada.
A veces me paro a pensar y deduzco otra idea. Tengo miedo de salirme de esta rutina en la que vivo diariamente, es como una adicción que no quiero perder. Sé que todo cambiará, pero ¿por qué dejar todo esto atrás?
La vida es como un juego en el que nosotros somos los muñequitos y en cualquier momento nos tocará jugar. Nadie sabe cuándo llegará. Pero ¿es útil perder momentos de cariño por momentos tal vez absurdos? No lo sé. Yo simplemente tengo una esperanza, y sé que quiero formarme, aunque luego no pueda desarrollar esa profesión, pero sentiría orgullo si lo consigo y puedo ayudar como mínimo a la gente que lo necesite sin esperar nada a cambio. Sé que es muy fácil decirlo, pero es que es muy grande la satisfacción de hacer algo y que una persona sepa valorarlo.
Mis expectativas están muy lejos y sé que a lo mejor no las consigo, pero el mero hecho de intentarlo crea en mí una ilusión que me hace vivir por algo, una minima ilusión. Por eso es por lo que no quiero en parte que acaben estas últimas semanas, por mantener la ilusión, porque ahora vivo por algo que en poco tiempo sabré si puede ser mío o no.
Mi esperanza tal vez se quede en un simple deseo, pero sé que lucharé por él, y por la nota que necesito. También sé que si me vencen, no me vendré abajo. Echaré cara y pelearé por conseguir algo similar. Por eso, os animo a que no os vengáis abajo y que jamás os dejéis llevar por los malos momentos, pues siempre hay algo que los recompensa.