18 may 2012

Una muñeca en un maletín bancario

Centésimas. Segundos. Minutos. Horas. Días. Años. Décadas…
Todo esto se usa para medir el tiempo, ¿pero qué es el tiempo?, ¿nuestro amigo o nuestro enemigo?, ¿nos gusta el transcurso del tiempo o nos disgusta?



Sea lo que sea, hay que vivir dicho transcurso, nos guste o no.
En ocasiones me encantaría vivir mi futuro, conocer qué será de mí en mi vida próxima, conocer lo que hoy por hoy es ininteligible. Aunque, en oposición a esto, añoro mis momentos de infinita felicidad en mis tardes jugando a las muñecas, o esa inundable inocencia que siempre que se recuerda ablanda nuestros corazones.

Por todo esto, por lo vivido y por lo que queda que vivir, no debemos de olvidar que el transcurso del tiempo son números, y en este caso son finitos. En cambio el valor de nuestra vida es incalculable. Desperdiciamos la mayor parte de nuestro tiempo, siempre a contrarreloj, planeando un posible futuro, ignorando los pequeños placeres que la vida nos ofrece.

http://www.youtube.com/watch?v=1G4isv_Fylg&ob=av2n