En el 2006 llegué a Alcalá y todavia recuerdo esa sensación que tenia la primera vez que entré por la puerta de mi primer instituto, el ver tanta gente que no conocías... solo acostumbrado a ver unos pocos. Se te hacía raro, pero había llegado la hora de ese momento, que no se volvería a repetir.
Los primeros días miraba por la ventana pensando: ¿Qué hago yo aquí? Pero poco a poco te vas acostumbrando a todo, como animal de costumbres que somos, y conoces a personas que valen la pena ...y a otras que es mejor ignorar, ya que todo no es un camino de rosas.
Pasan los años, pasan las personas y hay cosas que no cambian, como los exámenes, los nervios, las discusiones sobre la fecha de un examen, las risas en los pasillos... Te pones a pensar en cuánto has hecho y te parece que la vida ha pasado demasiado deprisa, y que te gustaría poder saborear mejor esos momentos que han valido la pena. Pero ahora todo va demasiado deprisa y no tienes tiempo de parate a pensar. Y por la mente pasan tantas cosas pasadas y las que vendrán de ahora en adelante, que te abrumas y dices ¡mejor no pensar!
De estos dos años que he pasado aquí puedo decir que para mi hubo cambio, pero al final recordaré esta época con la idea de que en este lugar pasé una época que marcará mi vida y es donde conocí a personas de otros lugares que me han aportado cosas nuevas y experiencias que nunca olvidaré. Espero que todos nos llevemos un grato recuerdo de este curso tanto para los que se van como para los que se queden y para todos queda esta frase de Machado "Caminante, se hace camino al caminar" por lo que aunque ese camino no sea recto y esté lleno de obstáculos, siempre hay que intentar reponerse de los tropiezos y tirar para adelante con lo mejor de nosotros.